Ana O y el Mar.....

Ana O quedó de juntarse con el Señor de las tinieblas en un roquerío cerca de la playa. Ana veía como este bello especimen se acercaba lentamente, con su gran manto negro. Ana sólo portaba una túnica que al verlo, se desprendió inmediatamente. El señor de las tinieblas en un abrir y cerrar de ojos, hizo lo mismo. La llevo por el centro de la tierra, a su candente cama, para mostarle su tridente. Ambos cuerpos se entrelazaron, como serpientes en celo, mezclando así sus untuosidades y sus deseos, quemándose, desapareciendo ante el calor, del fuego del averno......

Lugares pérdidos en el tiempo....

Ayer andaba en el centro de la capital , y curiosamente decidí ingresar a un pasaje cerca de San Antonio. Allí pude vislumbrar diversos locales que guardaban un gran pedazo de historia: Una reparadora de muñecas, una peluquería añosa, un local que vendía guantes, principalmente de encaje para damas, una distribuidora de moldes de ropa y una zapatería.
Al pasar por allí, me quedé observando los rostros de los vendedores: ancianos y ancianas dispuestas a mantener hasta el final sus rubros, pese a que la modernidad indique lo contrario.
De alguna manera el querer mantener un oficio o un tipo de producto en el mercado, responde claramente a no querer aceptar que el tiempo pasé vertiginosamente, llevándose violentamente la historia local, porque es en esas caras y en esos lugares en donde encontramos nuestro patrimonio.
Agradezco el día de ayer, por haber permitido encontrarme con un trozo de Santiago Antiguo, ese que se ha destrozado y aniquilado.

Ofideo, Serpiente...una amaru.

Mujer que serpentea los báculos masculinos
los recorre, los observa, los devora.
Ondulando su cuerpo escamoso
por el cuello, las piernas,los brazos.....

Zigzagueando, esperando
esperando el momento justo para atacar
atacarte, comerte, hasta quedar satisfecha